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El origen de esta arraigada tradición de embolar los toros, se remonta
a una estrategia puesta en práctica por Jaime I el Conquistador en
su periplo hacia la conquista de Sagunto, en manos de los árabes.
Según se dice las tropas de Rey ocupaban la orilla izquierda del
río Mijares y para desalojar a los moros que dominaban la otra orilla
se le ocurrió colocar haces de leña prendida en la testuz de una manada
de toros bravos. |
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