Pues sois de Dios tan querida
con amor tan singular,
haced santa nuestra vida
Madre Virgen del Pilar

Sois tan buena , Madre pía
que dais gracias celestiales
y consuelos a raudales
al que a Vos su suerte fía,
si tomándoos por guía
a Vos sirve sin cesar

Estos gozos que yo canto
un devoto os consagró
y estampas nuevas grabó
de nuestro milagro santo
dando a Luco gozo tanto
que jamás podrá olvidar.
Haced santa nuestra vida,
Madre Virgen del Pilar.

De tu cristalina fuente
Francisco Llopis bebió
y de terciana curó,
viéndoos allí presente;
a Luco vino doliente tal prodigio a predicar.
Haced santa nuestra vida,
Madre Virgen del Pilar.

Un monumento de gloria
en Zaragoza tenéis
dó a España favorecéis
con fe de eterna memoria;
hacen que su limpia historia
nadie loque mancillar.
Haced santa nuestra vida,
Madre Virgen del Pilar.

Fuiste en Luco aparecida
el mil setecientos
cuarenta y cuatro, y portentos
confirmaron tu venida
con el agua enriquecida
de gracia para curar.
Haced santa nuestra vida,
Madre Virgen del Pilar.

A Jerusalem dejasteis
por visitar Aragón
y de España posesión
en Zaragoza tomasteis;
a Santiago encargasteis
os erigiera un altar.
Haced santa nuestra vida,
Madre Virgen del Pilar.

Tal amor Luco atesora
hacia Vos, Virgen Bendita,
que os erigió bella ermita
donde ferviente os adora.
¡Oh lucero!, hermosa aurora,
gracia consuelo sin par.

Es España vuestra hija
y Vos su bello amor;
merecednos del Señor
que la fe que nos cobija
en nosotros esté fija
hasta la gloria alcanzar.

Pues sois de Dios tan querida
con amor tan singular,
haced santa nuestra vida
Madre Virgen del Pilar

Zaragoza os ha erigido
un templo majestuoso;
Luco no tan poderoso
y hacr tanto no ha podido,
más también ha conseguido
tu santa imagen honrar.

Ancora de la esperanza,
columna de la fortaleza,
trono de la realeza,
simbolo de la fe y bonanza,
en nuestro pechio afianza
el poderte siempre amar.

De los reyes visitada
Zaragoza os suele ver;
y los genios su saber,
como le soldado la espada
a Vos, su Reina adorada,
os rinden para triunfar.

Triunfad, Madre muy querida,
triunfad, oh Reina del cielo,
con vuestra piedad y celo;
triunfad del vicio que anida
en el alma empedernida
que no quiere despertar.

Pues sois de Dios tan querida
con amor tan singular,
haced santa vuestra vida,
Madre, Virgen del Pilar.