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Libro del 50 aniversario 13 Noviembre 2005 |
Queridos amigos.
Al participar en la celebración de una fiesta de aniversario, expresamos nuestros deseos con
una palabra: Felicidades !!
De poco serviría hoy esta palabra si no llevara explicita estos tres pensamientos: El
reconocimiento de aquellos Bordoneros que hace cincuenta años iniciaron este encuentro en
Barcelona. También el reconocimiento a todos aquellos bordoneros, de nacimiento o no, que
han continuado año tras año el encuentro. Y a la vez, el deseo de que el encuentro se
pueda celebrar en los próximos años.
E1 Ayuntamiento, ha nombrado Hijo Predilecto a Don Rogelio Guillen Cantín,
en reconocimiento a su labor durante estos 50 anos. Este nombramiento si bien es
a titulo personal, representa a todas las personas que han colaborado. Por otra
parte desde el Ayuntamiento, seguiremos apoyando cuantas iniciativas se realicen
y sean promotoras de lazos de amistad entre todos los Bordoneros.
Félix Jarque Ferrer
Alcalde de Bordón
El gran ausente: el P. Salvador Dalmau Castel, Sch.P.
Los Bordoneros celebran el 50 aniversario de la fundación de su Colonia en Barcelona.
Por diversas circunstancias muchos hijos de Bordón han tenido que abandonar sus patrios
lares y buscar otros sitios para encontrar mejores situaciones de vida.
No vayamos a pensar que esta emigración es un fenómeno de hace medio siglo.
Ya en 1663 Juan Gil Alonso, hijo de Gabriel y Catalina, natural de Bordón, casaba
en Vinaros; lo mismo hacía en 1673 Justa Gil Sorraqui, que caso con un vinarocense,
en 1702 Maria Gargallo Lecha, en 1706 Isabel Ana Ariño Grau y en 1730 Flora Gargallo
Serrano, que también casaron con naturales de Vinaroz.
Y en esta celebración del 50 aniversario creo que debemos pensar los bordoneros y
los que no lo somos en un hombre, que, siendo todavía un adolescente, marcho de su pueblo
no para buscar mejores horizontes sino para seguir una vocación y una vida de entrega
a los demás. El Padre Salvador que fue durante décadas el alma de esta Colonia de Bordón
en Barcelona. Yo, desde aquí, con mis modestas palabras, quiero rendirle este mi pequeño
homenaje póstumo.
Conocí al Padre Salvador en agosto de 1964. Yo, procedente de mi pueblo, Vinaroz,
había venido a Luco para conocer el primer pueblo que tuve en mi vida de magisterio.
Quise saludar al Sr. Cura Don Félix Bruna Lechón, que se hallaba en casa del Padre
Salvador, y así lo conocí.
Luego ya todos los veranos le veíamos los agostos en Bordón. No podemos olvidar sus
sermones en las fiestas estivales llamándonos a todos a la unión, solidaridad y
caridad entre todos los bordoneros. Esta era su hermosa obsesión: la unión de todo
el pueblo.
E1 13 de noviembre de 1983 el Padre Salvador recibió un merecido homenaje en su
pueblo natal con motivo de su 50 aniversario de su ordenación sacerdotal: Se
rotulo la plaza con su nombre y se celebro una solemne Eucaristía presidida por
el Sr. Obispo de Teruel Don Damián Iguacén, quien en su homilía dijo, entre
otras cosas:
¿Que podríamos hacer nosotros por hacer un mundo mas bueno? ¿Que
podríamos
hacer nosotros por hacer un mundo mas justo? ¿Que podríamos hacer nosotros de
nuestra parte, con nuestra aportación personal, para que en el mundo no existiera
la maldad, sino que en el mundo existiera la justicia, la paz, el amor, la
fraternidad universal, que así lo quiere Dios.¿ Que podríamos hacer? Y al
preguntarnos esto en esta mañana ante la Virgen de la Araña, al preguntarnos esto
esta mañana aquí, en esta iglesia jubilar, al preguntarnos esto vemos el ejemplo
palpable y visible. Aquí tenemos un sacerdote, hijo de un pueblo, que también a
su manera se planteo esto.
De una familia humilde del pueblo, como la mayor parte de las familias del
pueblo. Eran unos tiempos difíciles, que no eran fáciles económicamente tampoco.
El, de un modo quizá inconsciente y mas inconsciente como una nebulosa, se
planteo esta cuestión: Y mi vida tiene algún sentido y como daría yo sentido a mi
vida, qué puedo hacer yo para que ml vida sea una vida llena, una vida de
satisfacción plena? Y entonces él se hizo sacerdote, se hizo religioso, se hizo
escolapio. Y a partir de entonces esa ha sido su trayectoria, esa ha sido su vida:
una vida entregada, una vida dada a los demás, una vida escondida con Cristo para
Dios, una vida en que el no ha tenido unos éxitos externos, llamativos, como si
hubiese hecho una carrera política, una carrera profesional. Su vida, como buen
religioso escondida en Cristo, sacerdote pobre de las Escuelas
Pías. No viviendo
para el, no viviendo para hacer carrera el, no viviendo para enriquecerse el, sino
dando su talento cultivado por la ciencia y su corazón cultivado por la piedad,
dando su cuerpo y su alma, su salud y su tiempo a los otros, a los
demás, también
a los niños, porque allí esta la raíz del hombre, como
Jesús, procurando la
salvación radical, desde la raíz.
Esta es la gran lección que le agradecemos, que yo, como Obispo de esta querida
diócesis a que pertenecéis, cristianos de Bordón, yo quiero
agradecérselo al
Señor y agradecerlo también a él.
Juan Bover Puig
"Qui perd els origens perd la identitat"
Algunos años antes de saber situar en el mapa, el pueblo de Bordón, ya
había oído
hablar de la personas de un pequeño pueblo de Aragón, que vivían en Barcelona y
una vez al año se reunían para celebra su fiesta en honor a su Virgen. No pensaba
entonces que yo participaría de la fiesta, como tantos que sin haber nacido en
Bordón nos hemos añadido a ella. Durante los últimos meses, he tenido la
oportunidad de participar en la organización de la fiesta; en este tiempo he
conocido mas la historia de estos cincuenta anos, las anécdotas, y lo
más importante, conocer aun mas las personas que en su día impulsaron el encuentro
anual, y las que han seguido impulsando a lo largo de estos años.
Cincuenta anos son un periodo de tiempo importante, y más para una casa sin
paredes ni tejado sin puertas ni ventanas, sin bodega ni solanar, pero con unos
cimientos muy solidos que son la herencia de una tradición cristiana y las buenas
maneras de hacer, de unos vecinos lejos de su pueblo natal. Esta dos
raíces han
sido los ejes de la celebración de la Fiesta en Barcelona con la
celebración de
la misa y la comida.
Si bien la fiesta anual, cada año en el mes de noviembre, ha sido importante, no
ha sido la única actividad . Hay dos actividades que no podemos olvidar. Una de
ellas, en vigilias de Navidad, unas personas en nombre de todos han visitado a
los enfermos y les han hecho un pequeño obsequio navideño. Y la otra, cuando se ha
producido el fallecimiento; que si bien no han sonado las campanas para avisar,
han sonado los teléfonos, y se ha podido acompañar a los familiares. Estas dos
actividades sin duda son fruto de estas raíces que siguen vivas.
Por estos cincuenta años debemos felicitarnos, y la mejor forma para hacerlo es
con el compromiso de seguir manteniendo vivas las raíces que nos han llevado
hasta aquí.
Jeroni Pineda i Puig
Bordon, Noviembre 2005.
MEMORIA DE CINCUENTA AÑOS
Al celebrar el cincuenta aniversario de la primera misa celebrada en Barcelona en
honor a la Virgen de la Araña, patrona de Bordón, origen de lo que llego a ser
nuestra Casa de Bordón en Barcelona, nos congratulamos con emoción por haber
alcanzado esta insospechada meta para buena parte de quienes asistieron a aquella
primera celebración. Sentimos también la falta de cuantos obedeciendo las leyes de
la naturaleza, dejaron de estar entre nosotros.
Creemos oportuno , aun siendo conscientes de ser en
algún modo reiterativos, hacer
mención a cuanto dijimos al celebrar el veinticinco aniversario, en
relación con
las primeras personas que durante el pasado siglo XX, y aún antes, llegaron a
Cataluña y, de manera especial, a Barcelona.
Muchos lustros han pasado desde los lejanos tiempos en que unos paisanos nuestros
llegaron a Cataluña. No traían mas bagaje que la lección recibida en la dureza de
los trabajos de nuestra querida pero no menos pobre tierra, guiados por aquel
espíritu de trabajo, ahorro y respeto al prójimo, inculcado desde la cuna, no les
fue difícil ocuparse en esta industriosa y acogedora región, desempeñando
humildes pero siempre honrados quehaceres. Fácil será hallar entre los actuales
residentes, antecesores mas o menos próximos que estuvieron en Barcelona, bien
fuera para ayudar a la familia enviando desde aquí el dinero o para hacerse el ajuar.
Con el paso de los años y el cambio de circunstancias, aunque por parecidos
motivos, son ya mas los hijos de Bordón que habitamos en Barcelona y alrededores,
mejorando así nuestra vida y la de quienes en el pueblo quedan. Así llego una
fecha que marco un hito en nuestra presente historia: 1955
1955
Después de haber hecho referencia de manera resumida, a cuanto se ha venido
desarrollando a lo largo de estos cincuenta años, puede resultar de curioso
interés, como empezó o surgió la idea de la primera celebración.
Allá por el mes de noviembre de 1954, en la Iglesia de la Purísima Concepción de
Barcelona, se celebro el enlace matrimonial de unos hijos de Bordón, cuyos nombres
se omiten, pero que están en el recuerdo de varios de quienes les
acompañaron,
aunque en el curso de este medio siglo, son demasiados los que dejaron de estar
entre nosotros.
Siendo el Padre Salvador el oficiante de aquella ceremonia, al encontrar aquel
numeroso grupo de hijos de Bordón reunidos, llevado del amor a su pueblo natal,
les propuso para el año siguiente, en el segundo domingo de noviembre, celebrar
una misa en honor a la Virgen de la Araña, que es como desde siglos se venía
celebrando en Bordón.
Llegado el referido domingo de 1955, acudió el reducido número de personas y
familias.
En años sucesivos, en la medida que la noticia se fue divulgando entre los
residentes en Barcelona y Comarca, el número de asistentes fue aumentando,
persistiendo hasta llegar a este cincuenta aniversario, que bien merece ser
celebrado con solemnidad para todos los hijos y amigos de Bordón.
1956
De entre los actos que merecen ser destacados en el curso de esta larga etapa,
podemos destacar el viaje a Bord6n en dos autocares portando la imagen de la
Virgen de la Araña en 1956 después de haberla adquirido aportando su
óbolo desde
la humildad, pero con la devoción de hijos bien nacidos.
Fue un entrañable y emotivo acto el de la llegada al pueblo, recibiendo con
contenido regocijo; para autoridades y familiares a cuantos acompañando a la
Virgen, llegaban de Barcelona. Difícil de olvidar para cuantos participaron
en aquella ceremonia.
1965
Otro acontecimiento memorable que merece la pena recordar, es el de la llegada del
agua corriente a los domicilios y calles de Bordón, durante la primera
década de
1960.
Para valorar cuanto suponía en comodidad para los vecinos, basta recordar cuantos
viajes había que hacer a la Fuente Baja, con caballerías a carga de cuatro
cantaros, o a mano con uno o dos, con bueno o mal tiempo. Sobre todo en invierno
cuando las heladas convertían el camino en una pista de patinaje desde el Portal a
la fuente, con el consiguiente riesgo de caídas para personas y
caballerías.
Los hijos de Bordón en Barcelona, quisieron perpetuar el recuerdo de su
alegría
por servicio tan elemental como es el agua corriente, con ese monumento que se
instalo en la plaza diseñado por el buen amigo José Antonio Portero y la placa por
el también adicto a Bordón Lorenzo Blanch por todos recordado.
Para el momento de su inauguración fue organizado otro viaje en 1965, para el que
además de varios coches particulares fueron necesarios dos grandes autocares, de
cuyo viaje todos guardamos gratos recuerdos.
1983
El cincuenta aniversario de la ordenación sacerdotal de nuestro distinguido
paisano que fue el Padre Salvador Dalmau, se celebro de manera solemne como
correspondía a tan ilustre persona Para cuyo acontecimiento, la Colonia de hijos
de Bordón, acudió a secundar el homenaje que merecidamente le brindara el
Ayuntamiento y pueblo de Bordón dedicándole la Plaza, cuya placa con su nombre lo
atestigua.
Nació en Bordón, en el seno de una numerosa y humilde a la vez que honrada y
trabajadora familia, no tardo en ver insatisfechas sus aspiraciones entre las
ocupaciones del medio en que le tocaba vivir. Por lo que a bien temprana edad,
ingreso en las Escuelas Pías de Morella.
Siendo ordenado sacerdote en el ano 1932.
Como hijos de Bordón, nos enorgullece saber, como desde los distintos cargos que
desempeño en el campo del sacerdocio y la enseñanza, forjo hombres para su
desarrollo en la vida, con las máximas de deber, la eficacia y la responsabilidad.
Quienes de nosotros tuvimos la grata ocasión que siempre suponía escuchar sus
platicas, nunca podremos olvidar como nos inculcaba en el cumplimiento de nuestras
obligaciones como cristianos y como ciudadanos, en ese ayudarnos todos como
vecinos y como paisanos a quienes nos hallábamos fuera de nuestro lugar de origen,
en ese amor a la familia, ese respeto a nuestros mayores y aquel recuerdo a
nuestros difuntos.
Los hijos y amigos de Bordón, al que el tanto quería no lo olvidaremos.
Un numeroso grupo de hijos y simpatizantes de nuestro querido Bordón, residentes
en Barcelona y alrededores, guiados por el acertado y franco buen hacer de unos
distinguidos paisanos, cuyos nombres no haría falta mencionar, fundaron la Casa
de Bordón en Barcelona, que además de servir para estrechar lazos de amistad y
convivencia entre los de aquí, se preocupa por las necesidades del pueblo y
colabora en la medida de sus posibilidades en su solución, con la mejor voluntad.
Como ejemplo, tenemos la imagen de la Virgen de la Araña, sufragada y llevada con
fervor desde Barcelona en el ano 1956, así como el monumento que con su fuente
adorna la plaza instalada en 1965.
A nivel particular, no son pocas las personas o familias que han donado a la
iglesia objetos de culto o imágenes que han suplido carencias derivadas de penosos
episodios que ya son historia.
Hoy, al conmemorar el cincuenta aniversario origen de tan felices encuentros,
recordando cuanto dijimos en la celebración de los veinticinco años , obligado es
rendir homenaje de consideraci6n y gratitud a nuestros tan estimados paisanos:
Padre Salvador Dalmau y Lorenzo Blanch que nunca olvidaremos y a los esposos
Leonor Llorente y Rogelio Guillen, sin que cuente el orden con que se citan a la
hora del aprecio. Gracias a ellos hemos permanecido asi de unidos.
De manera especial manifestamos desde aquí a Leonor, la deuda de gratitud que con
ella tenemos contraída los hijos y amigos de Bordón en Barcelona, por su
dedicación y noble comportamiento y aun no siendo hija natural, bien merece ser
considerada como hija adoptiva de Bordón.
Después de manifestar la satisfacci6n compartida por todos los hijos y amigos de
Bordón, de haber logrado esta unión demostrada en tantas celebraciones por muy
diferentes motivos, siempre con cl mismo grado de familiaridad, recordaremos
cuanto supuso para todos el momento de despedirnos de nuestro pueblo de origen,
separándonos de nuestros seres queridos, de tantas vivencias acumuladas de
niñez y
juventud, con la incertidumbre sobre que nos depararía el destino, en un medio de
vida al que tampoco acostumbrados estábamos.
Solo la comparación que suele hacerse con el árbol trasplantado, puede tener
alguna similitud.
Depende siempre de lo abonado del campo en que se asienta, si
además tenemos en
cuenta la carencia de recursos con que todos contábamos, tanto culturales como
económicos. En lo cultural, las generaciones que llegarnos a Barcelona hasta los
años 1960 o 1970, que fue la época en que mayor numero de gentes de nuestra
tierra la abandonamos, con alta pena habíamos asistido al colegio para saber
escribir una carta a la familia y lo mas elemental en matemáticas (ni siquiera
un graduado escolar). No eran raros los casos de niños y niñas que a los nueve
o los diez anos dejaban de asistir a la escuela y en general a los doce o los
trece entre los que se contaba el que esto escribe. En lo económico lo que
traíamos puesto y poco mas.
Afortunadamente para todos, con nuestro sacrificio que no notamos tanto, dado lo
acostumbrados que estábamos a los trabajos habituales del campo y a la escasa
compensación obtenida, todo el tiempo nos parecía poco para dedicarlo al trabajo,
que en aquella época nos permitía después de la jornada oficial, realizar
trabajos extras. Satisface constatar como hoy son muchos los hijos de estas
generaciones, ya nacidos en Cataluña, que han pasado por la universidad y son
titulares de carreras como medicina, químicas, telecomunicaciones,
ingenierías,
derecho, económicas, etc.
Consideramos que para todos ha supuesto un sacrificio, pero nos ha permitido
conseguir lo que no hubiéramos logrado sin arriesgar el mal momento que supuso la
separación del lugar de ,nuestras raíces, con todo lo que significo, quiero creer
que para todos.
No olvidando nuestro pueblo, nos apena ver como no recupera número de habitantes,
a pesar de que cada vez se dispone de más comodidades y servicios. Aspecto que
puede apreciar quien se de un paseo por las calles hoy, habiéndolo conocido
cincuenta años atrás. La misma comparación puede hacerse con las casas y sus
interiores, tanto las ocupadas por los residentes habituales, como las que se
ocupan solo en verano por los que residimos fuera.
Tampoco olvidamos en nuestros paseos por el campo. el recuerdo de tantos pares de
caballerías labrando en las distintas labores que cada estación exigía, o
acarreando mieses o leña, así como tantos pequeños rebaños de ovejas con sus
pastores, que alegraban el campo con sus canciones o reniegos que de todo se
oía.
También frecuentaban los caminos tratantes de caballerías o ganado,
así como
comerciantes ambulantes que iban por los pueblos comprando o vendiendo lo que les
sobrara o necesitaran los vecinos, sirviéndoles de puerta a puerta.
Al comparar estadísticas, en los últimos cincuenta años se observa como el pueblo
ha bajado de mas de 500 habitantes a no mas de 100, por lo que solo nos queda
manifestar nuestro deseo de que de la misma manera que Teruel existe, Bordón
nunca deje de existir.
BORDÓN: UNA SORPRESA EN EL CAMINO
Así titulaba el distinguido periodista Giorgio Della Roca en uno de sus
reportajes, que con el titulo de España Insólita, escribía en La Vanguardia en
octubre de 1976 y que me permito transcribir:
"Tras el apacible caminar a orillas del pantano de Santolea, entre fragancia de
resina de pino y olor a retama, todavía en tierras de Teruel, aparece
Bordón,
pueblo pequeño de 232 almas.
Es una verdadera sorpresa para el caminante, hallar vida en esos parajes tan
solitarios que invitan a la meditación. Cielo azul, aguas claras del
río, verde y
amarillo en el monte, y un silencio grande que deja oír el aire y sus jugueteos
con las agujas de los pinos.
El sol aprieta en esta época del año, sobre todo en estas tierras tan adentro,
tan de secano, pero Bordón esta a 828 metros. Esos metros le producen la brisa que
alegra la canícula Y mientras el sol aprieta, el cobijo de esas recias paredes
con siglos de vida, es una maravilla echar la vista alrededor del pueblo. La pena
del Morrón a nuestras espaldas: alta, recortada, áspera y
granítica. El pantano
frente a nosotros, casi no se distingue, solo el azul intenso de sus aguas lo
destacan del azul del cielo. La Dehesa o el Pinar de Bordón cubre todo el monte
de verde y perfuma el ambiente.
En este paraíso terrenal no es de extrañar que al cazador se le pongan los dientes
largos. Picoteando a la orilla de la carretera, unas perdices bien apacentadas.
Fácil presa serían de no mediar la veda y de no poner uno sus propios principios
cinegéticos. Pero no cesa aquí el asombro, un par de palomas torcaz salen volando
raudas, alertadas por nuestros pasos. El bosque a nuestro alrededor vive.
¿Cuantos conejos nos estarán espiando liberados ya de la cruel mixomatosis?
Y. como siempre, cuando la belleza del paisaje es tanta, en las proximidades
surgen restos de un poblado ibérico. Dicen que estos antepasados
hacían nacer sus
núcleos habitados en lo alto de los alcares y cerros para mejor hallar defensa y
refugio de los frecuentes ataques de otras tribus con afanes conquistadores.
Puede que haya mucha razón en esas disquisiciones históricas, pero yo creo que
a los iberos les gustaba tanto como a nosotros la belleza del paisaje circundante
y Bordón y sus alrededores, se les debió presentar a ellos con mucho mas encanto
del que nos sorprende a nosotros. En fin, que la contemplación metafísica de la
belleza no es cosa corriente.
Pero volvamos a Bordón y a sus ciento veinte casas.
El origen del pueblo podría muy bien ser cartaginés, aunque como a muchos pueblos
de España, la historia la empieza con la dominación árabe. Tras la reconquista,
Bordón fue de los Templarios y, en 1212, cuando fue hallada la Virgen de la
Carrasca, que había permanecido oculta en una carrasca a lo largo de varios siglos
de dominación infiel.
Esa orden religioso-militar levanto un santuario, núcleo importante alrededor del
cual se fue haciendo el nuevo Bordón que mereció Carta de Población y, cuando
en1312 se disolvió la orden Templaria, y su bienes fueron redistribuidos, le tocó
en suerte a los Hospitalarios. Siguió floreciente el desarrollo de la localidad
que hasta consiguió el titulo de Villa, asi como vida religiosa independiente,
liberándose de la dominación de Castellote en el año de 1322, cinco años mas tarde
lograría una vida civil completamente autónoma con sus justicias y sus
jurisdicciones política, civil y criminal. Tan solo fue tributaria de la
Bailía de
Castellote por cuanto se refiere a los derechos señoriales de la Orden.
Luego, tras el siglo XIV, el pueblo vive anos
monótonos y sin relevancia
histórica. Desde luego, la mediocridad es históricamente, el
peor de los males.
Y. efectivamente, en el siglo pasado vuelve a sonar su nombre cuando las guerras
carlistas y la legendaria figura del Tigre del Maestrazgo. Ese personaje que halló
en estos andurriales agrestes tan buen refugio para él que tuvo que ir siempre
ocultándose y atacando por sorpresa.
Hoy Bordón es como un pueblo de los que figuran en los belenes importantes: hay
cosas en miniatura, hay una iglesia grande importante, gótica de arcos rebajados y
bien trabajado portal; hay farmacia o botica y hay una sola fonda. No obstante,
Bordón en estas fechas de verano se llena a tope. Por sus calles empinadas y bien
pavimentadas cantidad de coches con matriculas de Barcelona, Tarragona, Zaragoza o
Castellón. Son los hijos del pueblo, que regresan a respirar su aire fresco y
tranquilo, para olvidar aunque tan solo sea a lo largo de unos pocos
días, el
atolondrado vivir en la ciudad.
Se instalan en esas casas aparentemente humildes, pero restauradas y dotadas de
los indispensables servicios para hacerlas acogedoras y cómodas en buen numero de
casos.
Se les ve con frecuencia dando vueltas en busca de novedades, tanto van a pescar
al río Bordón, como a bañarse en los pozos que el río forma, o incluso a practicar
alpinismo en las escarpadas paredes de la pena del Morrón. Los mas
jóvenes se
organizan en rondallas y hacen sonar al aire, las notas de la típica jota
aragonesa, mientras los amigos, en los bares del pueblo o en alguna casa
particular preparan la merienda que tanto apetece; jamón serrano, pan de horno de
leña y conejo y codornices escabechadas. El vino corre a raudales; un vino tinto
que casi se corta, con los suficientes grados como para hacer subir el grado de
la copla.
Luego, cuando las luces del atardecer invitan al recogimiento, merece la pena
llegarse hasta el hermoso santuario y entrar para admirar, bajo esas entreluces,
la maravilla de un Pantocrator en bajorrelieve que campea esa clase de
bóveda, de
la que parten cuatro nervios primorosamente decorados.
Bordón es también esto: una expresión artística serena y noble. "
LA CARRASCA Y BORDÓN
De no haber existido un carrascal milenario, donde la fe nos permite creer que en
una de sus carrascas, fue hallada por un pastor la talla de la imagen que hoy
veneramos como nuestra patrona la Virgen de la Carrasca, nos hace pensar en que
este Bordón que, como a nuestro pueblo natal queremos, no existiría. Ignorando
cual hubiera sido el lugar de nuestros antepasados en los últimos ocho siglos y
por ende el nuestro.
Mas la Divina Providencia quiso que, al margen de hipótesis, sucediera como
creemos. Dada la importancia de aquella carrasca para Bordón, relataremos cuanto
puede leerse en Usos y Tradiciones de ANSAR sobre la encina:
"A lo largo de la historia, la encina (para nosotros carrasca), jugo un destacado
papel en la economía del hombre mediterráneo, que la utilizó de las mas variadas
formas y para los usos más diversos. Sin embargo, aun siendo esto de tanta
importancia, es quizá mas relevante el papel que ejerció fuera de los terrenos de
lo puramente material y que contribuyó a la configuración y desarrollo de muchas
costumbres y tradiciones, así como a la evolución de creencias muy arraigadas.
Esta influencia tiene como punto de partida tiempos muy remotos, hundiendo
sus raíces en esa Europa que se hallaba cubierta por extensísimos bosques que
provocaban en los humanos profundos sentimientos de temor e indefensión, de
soledad y miedo ante sus amenazantes espesuras. Estos sentimientos les llevaron a
situar en ellos espíritus y dioses, a reverenciara los arboles, a adorarlos y, en
suma, a convertir los bosques en verdaderos santuarios naturales: los bosques
sagrados.
La carrasca fue, junto con el roble,
árbol sagrado en la península ibérica al
igual que en el resto del mundo mediterráneo.
Recibió culto entre los celtiberos que, como otros pueblos pastoriles, rechazaban
los grandes templos, llenos de estatuas, propias de sociedades
agrícolas. Debieron
ser grandes y abundantes en nuestro país los encinares sagrados, aunque son muy
escasas las noticias que sobre ellos poseemos. A través de Marcial (siglo I)
conocemos la existencia de uno de esos encinares en el monte "Burado", lugar de
confusa identificación y otro que estaba situado a los pies de la Sierra del
Moncayo, muy cercano al pueblo de Beratón y próximo al de Cueva de Agreda, los
dos en Soria. El lugar se encuentra relacionado con algunos mitos y leyendas
(Caco, los siete Infantes de Lara) quizá producto de la sacralidad del lugar.
Ambos carrascales continuaban siendo sagrados en el siglo I, en plena época
histórica.
Estos bosques sagrados estaban fuertemente protegidos y la rigidez de su culto
debió ser notable a juzgar por las noticias que nos han llegado de fuera de
nuestras fronteras.
Recientemente se ha podido comprobar que esa rigidez hay gue hacerla extensiva a
nuestra península, ya que según las comunicaciones presentadas en el XXV Simposio
de la Sociedad de Linguística, celebrado en Zaragoza el pasado mes de diciembre,
el primer bronce encontrado den Contrebia Belaisca (Botorrita) en el año 1970, es
una ley que hace referencia a un bosque sagrado, un carrascal, y que establece
toda una serie de prohibiciones, normas y castigos para su protección, indicando
también que se encuentra vigilado.
Símbolo de justicia y fuerza, la encina ocupo también un destacado lugar en las
creencias del mundo clásico. Los aqueos, que constituían la mas antigua de las
familias griegas, celebraban, según el testimonio de Tito Livio, bajo una encina
sagrada sus reuniones comunales en las que se trataban las decisiones mas
importantes.
Estos arboles formaban también parte del conjunto de ritos y creencias que los
griegos utilizaban para obtener el conocimiento de lo divino y de lo humano.
En Dodona, Epiro, al piel del monte Tmaros, se encontraba el mas antiguo de todos
los santuarios dedicados al dios Zeus, en él se practicaba la adivinación
interpretando el murmullo que el viento producía en las hojas de una gran carrasca
sagrada que estaba situada en el recinto del santuario. No menos celebre que el
de Dodona fue el santuario de Zeus en Ammon (Egipto) donde se practicaba la misma
suerte de adivinación.
Numerosos vestigios de este culto al árbol se encuentran escondidos en las
raíces
más profundas de nuestras costumbres y tradiciones, de nuestro folclore popular,
nuestras fiestas e incluso en algunas de nuestras creencias. Podemos vislumbrarlos
en tradiciones relacionadas con la Navidad, "Toza de Nadal", "Babasa" o "Nadau
Tidun '', según los lugares, celebración familiar consistente en quemar en las
casas la noche de Navidad un tronco de carrasca al que se bendice o "bautiza"
derramando sobre el vino tres veces. Esta costumbre o tradición, hoy
prácticamente
perdida, era común no hace mucho tiempo en el Alto Aragón y Cataluña, e incluía
la creencia muy arraigada, de que los restos del árbol y sus cenizas protegían a
la casa de las tormentas, a los campos de las plagas y que tenían la propiedad de
sanar enfermedades.
Otro tipo de fiestas, esta vez relacionadas con la primavera, son las denominadas
"Árbol del Mayo" o simplemente "Mayo", comunes a toda España y a una gran parte de
Europa, consistentes en colocar en un lugar preferente del pueblo, generalmente
la plaza, un árbol denominado "mayo" el primer día de ese mes y que se engalana y
festeja. En la misma línea se encuentra la tradicional fiesta de las "Enramadas"
elaboradas con ramas de pino y carrasca y también extendidas a todo el
país.
Y. como no, muchas de las tradiciones y supersticiones relacionadas con la noche
de San Juan, noche mágica del solsticio de verano. Entre ellas
señalaremos la
creencia popular, practicada hasta no hace mucho tiempo, de que los
niños
herniados podían sanar, si a las doce en punto de esa noche, eran pasados por una
carrasca hendida o cuyo tronco estuviera bifurcado en dos,
mientras se repetía un
determinado ritual. El árbol podía ser un roble o una higuera,
en definitiva el mas abundante en el lugar.
Una curiosa costumbre existente antaño en Aragón, que recuerda a la antigua
Grecia, era la de celebrar las reuniones mas importantes bajo las carrascas.
Según
R .Villadier, en Cuadernos Altoaragoneses, se elegía para este fin la que fuese
mas grande entre las situadas en la mitad del camino que separaba los lugares de
residencia de los que se iban a reunir. Allí se hablaban
los asuntos mas decisivos: tratos comerciales, asuntos de tierras, bodas,... Si el
asunto era de gran trascendencia, se celebraba bajo la mas famosa de la comarca e
incluso del reino. En 1873, bajo la carrasca mas grande de Aragón en ese momento,
la "carrasca de las Coronas" se proclamó en el Somontano, la 1a Republica.
Es evidente que todas estas tradiciones y costumbres, muchas ya perdidas, tuvieron
en su más remoto origen la intención de atraer hacía quienes las practicaban la
benevolencia que el espritu del árbol pudiera otorgar; posteriormente, al ser
cristianizadas, fue olvidada su finalidad inicial.
De igual manera, también pueden rastrearse algunos vestigios del culto al
árbol en
algunas leyendas de tipo hagiográfico y en bastantes apariciones de
imágenes de la
virgen ocurridas a partir del siglo XIII, época de pleno avance de la Reconquista
En ese momento, son numerosas las imágenes aparecidas sobre arboles, secularmente
sagrados, sobre todo en encinas o carrascas. Enumerarlas todas
haría la lista
harto fatigosa, pero por poner algunos ejemplos citaremos la Virgen de la Encina
en Ponferrada (Leon) y la de Valvanera, en la Rioja, en nuestra comunidad la
Virgen de Herrera en Herrera de los Navarros y la de Bordón en el Maestrazgo.
Es tradición a todas estas apariciones de imágenes sobre arboles, que cuando
quisieron ser trasladadas a otro lugar volvieron al punto de origen
milagrosamente, generalmente tres veces, o como en el caso de la Virgen de Bordón,
a los que la transportaban se les "regiraban" los pies; por esos motivos, las
imágenes fueron dejadas en el lugar de su aparición, donde se construyó una ermita
o un convento al que se sigue acudiendo en romería.
Estas leyendas-tradiciones ponen de manifiesto la gran importancia que tenia el
lugar, lo que ha llevado a pensar que se trata de la
cristianización de lugares de
cultos precristianos gue bien pueden tratarse de encinares sagrados, cuya memoria
ha borrado el tiempo.
Hundiendo sus raíces asimismo en antiguas creencias y mitos se encuentra la
medicina popular, que se sirvió de la carrasca desde tiempo inmemorial para sanar
algunas enfermedades. Sus propiedades medicinales se las confiere el
ácido
cuercitánico, que convierte los preparados con ella elaborados (corteza,
raíces,
flores, bellotas) en excelentes astringentes de múltiples aplicaciones: heridas,
llagas, diarreas, sabañones, catarros... Con las agallas de este
árbol se
preparaba además, una pomada en la que eran el principal ingrediente, llamada
"pomada de la condesa" de finalidad muy poco loable.
Importante es también la huella que la encina ha dejado en la toponimia
peninsular, nombres tales como Encinarejo, Encinares,Encinillas,
Lecina, Encinacorba o Encinasola, a los que se unen Carrascal, Carrascalitos,
etc... se encuentran a todo lo largo y ancho de nuestra geografía y dieron
apellido a personas procedentes de esos lugares. Esos topónimos son cl callado
testimonio de su abundancia en otros tiempos.
Hoy, son escasos los carrascales en España si lo comparamos con los que hubo
siglos atrás. También son poco abundantes en Aragón. Diversas causas, la acción
antropogénica en su mayoría, forzaron su regresión. Nos quedan, sin embargo,
algunos ejemplares notables por su tamaño y longevidad, como la encina de Lecina,
que da nombre al pueblo, o la de Rebollar, en la provincia de Huesca, la
"carrasca de Miramon" en el termino municipal de Sigües, en la provincia de
Zaragoza y la "carrasca de casa Inserte" en el término municipal de Mora de
Rubielos, en Teruel. Cerca de Peracense, también en Teruel, existe una carrasca a
la que las gentes del lugar atribuyen 1.300 anos, probablemente es la carrasca
más monumental de todo Aragón.
Como punto final, hay que señalar que una carrasca es el famoso "Árbol de
Sobrarbe", símbolo del mismo y por esta razón uno de los cuatro que forman el
escudo del antiguo Reino de Aragón, que hoy preside la bandera de la comunidad
aragonesa "
La leyenda, bastante similar a otras, justifica su
razón de ser. pero es solo eso,
una leyenda. La realidad ineludible es que una carrasca forma parte de nuestro
emblema desde hace muchos siglos. Por algo será.
NOTA: La evidencia de que Bordón fue un carrascal, puede quedar demostrada por el
hecho de que, a escasos 200 metros del inicio del pueblo por la calle Baja, junto
al puente Amela, pueden verse algunas carrascas que, por su forma y lugar, donde
se han desarrollado, bien pueden considerarse milenarias. Mas en el entorno
próximo al pueblo como es la Escribana, las Esquemadas, la Ombrihuela o el
Calvario, existen carrascas a pesar de talas o incendios.
También pueden verse bonitos ejemplares en el carrascal del Focino, subiendo al
nacimiento del río a mano izquierda.
Federico Daudén
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